POR MARÍA ENCINAS, 10 OCTUBRE, 2018
Hoy, 10 de octubre se celebra el Día Internacional de la Salud Mental, con el objetivo de concientizar sobre los problemas relacionados con la salud mental y movilizar esfuerzos para ayudar a mejorarla.
Este año, la Federación Mundial de la Salud Mental busca apelar de manera directa a los jóvenes para concienciarlos de la importancia de la salud mental y una buena educación en este ámbito, ya que la educación en valores, la diversidad y la inclusión se convierten en elementos fundamentales en un mundo que cambia más rápido de lo que muchas veces podemos asimilar.
Durante la adolescencia y en los primeros años de la edad adulta, se producen muchos cambios; entre éstos el cambio de colegio o de hogar, la entrada en la universidad o en el mundo laboral. Para muchos, es una época apasionante, pero también puede ser causa de estrés o aprensión; en algunos casos, si los sentimientos no se reconocen y controlan, pueden causar enfermedades mentales. El uso cada vez mayor de las tecnologías en línea, que sin duda aporta muchos beneficios, también puede generar tensiones adicionales, pues cada vez es mayor la conexión a las redes virtuales en cualquier momento del día o la noche.
También hay muchos adolescentes que viven en zonas afectadas por emergencias humanitarias, como conflictos, desastres naturales y epidemias y los jóvenes que viven estas situaciones son particularmente vulnerables a la angustia y a las enfermedades mentales.
Silvia Ortiz León, jefa del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental (DPSM) de la Facultad de Medicina de la UNAM aseguró que la mayoría de los trastornos mentales en la adolescencia inicia alrededor de los 14 años, por eso “hay que enfocarse en los jóvenes, atender y detectar para evitar el deterioro que se produce a lo largo de la vida.”
El uso de las redes sociales es habitual en esta etapa de la vida pero usarlas por muchas horas puede afectar la salud mental puesto que al interactuar con éste se reducen las horas de sueño lo que provoca estrés, perjudica la salud y disminuye la productividad.
Además del mal hábito causado por el tiempo que se dedica a las redes sociales existen otros factores que afectan el estado de bienestar del individuo, es decir, su salud mental, como lo define la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Falta de energía para las actividades cotidianas, irritabilidad, tristeza, frustración, pesimismo, aislamiento, depresión, pérdida del apetito, múltiples enfermedades, insomnio y ansiedad son algunas señales de este tipo de padecimientos. Son síntomas fáciles de reconocer y si se repiten al menos durante dos semanas, indican la necesidad de acudir al médico o con un especialista para que determine si el individuo se encuentra en un cuadro depresivo.
Es mucho lo que se puede hacer para ayudar a crear resiliencia mental desde edades tempranas con el fin de evitar la angustia y las enfermedades mentales entre los adolescentes y los adultos jóvenes, así como para tratar las enfermedades mentales y lograr la recuperación.
La prevención comienza por conocer y entender los signos y síntomas precoces que alertan de una enfermedad mental. Los padres y los profesores pueden contribuir a crear en los jóvenes, aptitudes que les ayuden a hacer frente a los retos que se encontrarán cada día en la casa y en la escuela.
