ADRIANA DE LA FUENTE, 10 SEPTIEMBRE, 2018
Desde nuestro nacimiento hasta el momento de nuestra muerte, tenemos la necesidad de consumir nutrientes que nos permitan mantenernos saludables, tanto internamente como externamente, y del mismo modo que nos otorguen energía suficiente para rendir durante el día. Estos nutrientes son obtenidos a través de los alimentos, y con la gran variedad de exquisitas combinaciones de éstos, sobrevivimos.
Sin embargo, pocas personas son conscientes de los esfuerzos y el arduo trabajo de campo, requerido para que estos alimentos lleguen a la mesa de cada familia, todos los días del año. Para ello, es esencial cultivar la tierra, lo que permite la obtención de vegetales, frutos, granos e incluso los pastos de donde los ganados se alimentan.
La actividad que se encarga de todo esto es la agricultura, y su desarrollo es de gran importancia, por ello, las personas que se dedican a realizarla –los agricultores– emplean su tiempo para trabajar el campo, que además de ser su sustento económico es también una forma de vida; antes del amanecer salen de casa para dar inicio a la labor que genera el alimento de la población.
Al incrementar ésta, la demanda de alimentos aumentó, por lo que se hizo necesario producir más en menos tiempo, generando así nuevas técnicas de cultivo, que en algunos casos resultaron contraproducentes tales como; la implantación de semillas transgénicas, que prometió ser de ayuda y beneficio, pero que al final dio lugar a la alteración de la agricultura, debido al ingreso de toxinas que provocan daños a la salud y a la tierra misma.
También se encuentra la innovación tecnológica, que ha traído maquinaria moderna al campo, la cual, si bien facilita el trabajo, igual genera daños en los productos, al no tener delicadeza al momento de recolectarlos, lastimándolos, y en los agricultores al ser remplazados, perdiendo así su trabajo.
Además de los problemas mencionados, el agricultor se enfrenta a otros que tienen que ver con la naturaleza misma, el más problemático quizá es el cambio climático -generado a partir de la contaminación excesiva de los recursos naturales- que han hecho los lugares calurosos, más calurosos, provocando sequias, e impidiendo la cosecha de alimentos por la falta de rendimiento en cultivos, derivado de problemas con las siembras y los regadíos.
En la misma línea, se encuentra el dilema que involucra a empresas automotrices quienes, para no afectar sus productos, lanzan cañones antigranizo -bombas lanzadas para que no granice y llueva- generando sequias, que afectan a cientos de hectáreas agrícolas de ejidatarios y de pequeños agricultores.
Los problemas que el agricultor tiene que enfrentar día tras día para hacer progresar la agricultura misma son graves y si no tenemos cuidado con el mundo que nos rodea, estaremos dando cada vez un paso más cerca a la hambruna.
En ocasiones se suele pensar que los trabajadores de campo no son de gran importancia, y quizá haya personas que los menosprecian, sin embargo, debemos reflexionar y ver que, en la gran industria comercial, los únicos productos necesarios para sobrevivir son, el agua y los alimentos, convirtiendo a la agricultura en la mejor ocupación de todas.
Así que la próxima vez que estés disfrutando de una rica manzana, recuerda todo lo que tuvo que pasar un agricultor para que ésta llegara a tus manos.