POR EFRAÍN GUZMÁN, 15 NOVIEMBRE, 2018
Un aquelarre musical, en la que las figuras de los cuerpos danzaban al ritmo de los sintetizadores, ecos crepusculares que evocan sueños electrónicos, una manera de expresar lo vivido el pasado sábado 3 de noviembre en la tercera edición del Synth Fest, teniendo como sede el Foro Indie Rocks de la Ciudad de México.
La presentación de la banda mexicana Data, fue sin duda una grata sorpresa, con un sonido técnico muy cercano al denominado electro pop de los 90’s, bajo ciertas reminiscencias a lo hecho por agrupaciones como Talk Talk o Depeche Mode, pero con una línea muy marcada que respira la independencia de hacer la música pop oscuro.
Still Second, la banda revelación, la misma que ha tenido presentaciones en Europa con llenos totales,sin un atisbo de ligereza, esta agrupación bebe de los sonidos más clásicos del sello 4AD, con influencias reconocidas de Cocteau Twins, Bauhaus y Joy Division, donde logran fusionar en una resonancia gótica, las notas melancólicamente hipnóticas – a pesar de algunos fallos técnicos, que no opacaron en nada su presentación oficial ante el público mexicano –.
Mr. Kitty, el espectáculo que encendió la pista de baile, con lo que ellos se han autodenominado self-destructive synthpop, bajo una sonoridad que bien puede tener destellos de darkwave, witch house, synthpop y a veces coquetear con melodías eurodance, pero con armonías pegadizas que no los alejan de la cadencia rítmica siniestra– momento aparte cuando Forrest Avery (su nombre real) bajó a bailar con los asistentes, quienes eufóricos recibieron esta presentación en tierras aztecas–.
De Zanias, proyecto de la instrumentista alemana Alison Lewis, poco se puede decir, sus presentaciones tienen esas evocaciones oscuramente nostálgicas, añoranzas de ritmos etéreos que navegan entre las canciones de sus demás proyectos (Linea Aspera y Keluar)y como headliner se presentó la legendaria agrupación State of Unión, quienes presentaron su último trabajo discográfico, intitulado Indupop, con una demostración de porque se han convertido con el paso de los años en una consentida y con un séquito de fieles seguidores.
Así se cerró una noche enclavada en la sonoridad armoniosa, entre la belleza etérea de los sonidos crepusculares y el incendio cadencioso de los ritmos bailables.
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